El
neuromarketing como herramienta de análisis emergente de la neuroeconomía pretende
explicar cómo el cerebro humano se encuentra implicado en los diferentes usos y
consumos del ser humano, bien sea para maximizar ganancias en forma lógica,
racional, o también, por placer
impulsivo, producto de todas las emociones que invaden el cerebro humano, y
toda la corporalidad.
En
muchos casos el consumo humano es de
carácter subjetivo y no predecible como
lo plantea la economía clásica con su principio de: “maximizar ganancias,
minimizando los gastos”.
Desde
esta perspectiva la unión interdisciplinaria entre la economía, la neurociencia
y la biología permitirán una mayor comprensión de estos procesos relacionados
con la oferta y el consumo que plantea la MICRO-ECONOMÍA.
Desde
la Biología del comportamiento se ha intentado demostrar que cualquier sistema
biológico maximiza la capacidad evolutiva,
especialmente en lo relacionado con la consecución del alimento y con la
vida sexual. De esta manera la regla de
oro desde el punto de vista económico es buscar alimento de un modo eficiente, donde solo los más
inteligentes, y de mejor estado físico,
lo consiguen.
Este
proceso desde el punto de vista Darwiniano, se denomina “selección natural”. Es
así como por principio biológico, un
animal debe gastar poca energía como le fuera posible, para poder obtener la mayor cantidad de alimentos probables. Al
respecto, las teorías actuales sobre simbiosis a nivel biológico o cooperación a nivel sociológico, podrían
contradecir este tipo de modelo de optimización
- determinista. Recordemos que
para Pascal entender el mundo de la vida, requiere también de cálculos
probabilísticos, a diferencia de
Descartes decía que solo se podría entender el mundo con modelos deterministas
como lo plantea la Economía Clásica.
Por
el contrario, para la nueva disciplina llamada NEUROECONOMÍA, es indispensable
poder comprender tanto las acciones deterministas, como también los
comportamientos fundamentalmente impredecibles, que por lo regular, son
atributos por acciones volitivas – cognitivas, producto de la interacción de la
mente humana con las emociones.
Para la neuroeconomía los comportamientos
humanos cuando se toma una decisión microeconómica, relacionada con la oferta y
la demanda, es fundamentalmente
subjetiva – emocional e irreductiblemente focalizada en inciertos como los
presentados por Neumann y Morgenstern, cuando plantean que en el mundo de las
decisiones frecuentemente se tiene que reflejar la existencia de oponentes
inteligentes en cuanto cada uno busca la maximización de su ganancia.
Este es,
en síntesis, el fundamento de la teoría de Juegos que estudia a nivel económico
la interacción que sucede entre competidores inteligentes. En este sentido,
cabría precisar que algunos teóricos dicen que la teoría de Juegos se aplica
más a la Biología que al campo del comportamiento económico, a pesar de que en la solución de un juego, el concepto
de la racionalidad humana es reemplazado por el de la estabilidad económica.
Hoy
en día el papel de la neuroeconomía consiste en poder explicar desde la
Neurociencia cómo el cerebro humano resuelve problemas utilizando la parte más desarrollada del cerebro
llamada córtex frontal o desde el sistema límbico, empleando las emociones, o
en forma impulsiva – instintiva, usando el sistema reptílico. Desde otro enfoque para Grincher
“El Objetivo primordial de un enfoque neuroeconómico debe ser la confección de
una teoría de cómo están organizadas y cómo se producen las computaciones que
fundamenten el comportamiento en el cerebro”.
Del
contexto teórico anterior surge el NeuromarKeting, este debe inicialmente ser
comprendido desde los fundamentos mínimos de la Neuroeconomía, para no caer
como tradicionalmente se ha hecho, en un proceso de manipulación del
comportamiento humano, para favorecer un determinado modelo económico utilitarista, y a la vez,
ideológico que no ve la sociedad sino en términos de consumo – calidad –
mercado – competitividad, dentro del
modelo de depredación Darwinista que tanto daño ha hecho a nuestra sociedad.
Al respecto desde el Neuromarketing la pregunta
esencial no debe ser: ¿”Qué deben de consumir las masas”?, más bien ¿“Por qué
consumen en forma homogenizadas las masas”?,
¿Por qué fácilmente se dejan manipular cuando consumen, impulsiva,
reptílica o emocionalmente? Al respecto, tanto las teorías monódicas, diádicas,
triádicas; y de cerebro total que se exponen en este sitio web pueden ser de
mucha utilidad para poder comprender estos procesos más idónea y
profesionalmente por parte de los disciplinas y de las ciencias que estudian
dicho procesos.
Desde
las perspectivas anteriores, comprender el mundo del Neuromarketing requiere
inicialmente de una teoría pertinente, basada en la Economía, para poder
describir los comportamientos individuales y colectivos de una determinada
sociedad. Posteriormente se necesita de la comprensión de las teorías
cerebrales, y especialmente, del uso de las nuevas tecnologías de imagen que
permiten investigar los modelos neuronales en el momento del consumo.
Por
último, se tendría que desarrollar una explicación pertinente a nivel celular,
y específicamente neuronal, para saber cómo el cerebro humano lleva a cabo
dichas computaciones cuando procesa emociones atravesadas por significados y no
informaciones que es lo que hace el cerebro
humano cuando la gente consume o aprende.
En este sentido, tanto la
Neuroeconomía como el Neuromarketing abren nuevos horizontes de comprensión al
comportamiento humano, ya que su objeto de estudio no solamente se refiriere a
la toma de decisiones, sino a la atención, al aprendizaje, a las emociones, a
los impulsos, a las recompensas, al libre albedrío, a la cognición, a los
hábitos de clase y no sólo a modelos de optimización matemática, como lo hace
actualmente la Economía Clásica.
Para
terminar esta reflexión teórica, cabría precisar con el cuestionamiento del
economista Veblen, en 1898 cuando se preguntaba: ¿Por qué la economía no es una
ciencia evolutiva? Al respecto, proponía
que para comprender el comportamiento económico de los seres humanos se
requiere entender a nivel evolutivo los mecanismos mediante los cuales se produjeron dichos
comportamientos.
En esa misma línea el biólogo Wilson en 1998, argumentó la
necesidad de fusionar las ciencias sociales con las naturales, señala lo
deseable e inevitable de esta asociación
interdisciplinaria en la que Wilson expresó que esta fusión comenzará
con un amplio reconocimiento de que la
Economía y la biología son dos disciplinas, que tratan el mismo tema. En conclusión, siguiendo a Grimcher: “La Economía es una ciencia biológica. Es el estudio de cómo
eligen los seres humanos.
La elección es manifiestamente un proceso biológico.
Entender verdaderamente cómo y por qué los seres humanos eligen como lo hacen,
requerirá sin duda de una ciencia Neuroeconómica”
Recordemos, por último, que desde el aspecto evolutivo un Neuroeconomista
supone que los animales, incluyendo al hombre, usan su cerebro para sobrevivir
en contextos inhóspitos o cambiantes.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario