viernes, 28 de noviembre de 2014

La creatividad como clave del futuro

Jorge Luis Borges reflexionó sobre el valor de la creatividad poética en una conferencia de 1983 en el Collège de France. Podría resultarnos sorprendente que las ideas centrales que guiaron estas consideraciones del último Borges estuvieran ligadas a la memoria, a la emoción y, sobre todo, al futuro.
Claro que Borges no fue el único en indagar sobre este tema. La fascinación por la creatividad fue una constante de siglos. Como sabemos, los antiguos griegos creían que la inspiración provenía de las musas. Durante la Edad Media, los filósofos distinguieron la creatividad artística de otros tipos de ingenio. Se pensaba que la creatividad era una habilidad única que sólo tenían ciertas personas elegidas. Hoy entendemos que el talento creativo no sólo no está reservado para unos pocos, sino que existe en todos los aspectos de la vida y es parte fundamental de todas las profesiones, desde la actuación hasta la carpintería o la ingeniería. También sabemos que, como cada aspecto de la experiencia humana, la creatividad se origina en el cerebro. Es por eso que las neurociencias están intentando estudiar las bases biológicas de este fenómeno.
Aunque no existe aún una definición de creatividad, en términos generales se considera creativo todo aquello que presente una visión novedosa u original sobre un problema. Muchas veces ese problema puede ser la forma en que representamos el mundo o la construcción de uno nuevo. Así es como se asocia la labor artística con la creatividad. Entendemos el arte como un rasgo distintivamente humano, y quizá da cuenta de una parte significativa de la evolución del cerebro.
¿Cómo nacen las ideas creativas? Suele ser muy decepcionante escuchar la explicación que incluso un artista genial suele dar respecto de dónde salieron sus ideas. Lo que es seguro es que ninguno de los grandes creadores tuvo una idea genial sin haberle destinado muchísimo tiempo previo a pensamientos profundos y obsesivos sobre un tema determinado. De hecho, hay más relación entre obsesión y creatividad que entre coeficiencia intelectual y creatividad. 
Según el escultor estadounidense Richard Serra, uno no quiere terminar convertido en un esclavo de sus propios trabajos o pensamientos previos, y el modo de evitarlo es mantenerse constantemente activo y hacer preguntas sobre lo que estamos haciendo y sobre lo que no entendemos. A menudo cuando las piezas comienzan a unirse, vemos cosas que no habíamos imaginado y que pueden llevarnos por una dirección diferente. En otras palabras, en términos de creatividad, la inspiración es para aficionados.
Muchos creativos reportan que ellos tienen ideas nuevas cuando no están pensando en nada: cuando el cerebro está desconectado, offline , procesa información intensamente. Sólo porque uno no esté concentrado en algo (o creyendo que no está concentrado) no quiere decir que el cerebro no está trabajando con la información adquirida previamente. 
Podemos decir que justamente éstos serían los mejores momentos para crear, ya que es cuando se está relajado, hay tiempo de inactividad y existe lo que se llama "sueños diurnos". El químico alemán Friedrich Kekulé cuenta en sus memorias que, cuando llevaba mucho tiempo intentando encontrar la huidiza estructura de la molécula de benceno, una tarde, mientras volvía a su casa, se quedó dormido. Allí comenzó a soñar con átomos que danzaban y chocaban entre ellos. Varios átomos se unieron y formaron una serpiente que hacía eses. De repente, la serpiente se mordió la cola y Kekulé despertó. A nadie se le había ocurrido hasta ese momento que la molécula pudiera tratarse de un compuesto cíclico. Esto se explica porque el sueño (en el cual, entre otras funciones, se repasan los eventos del día) también es un estado que facilita la creatividad.
 Durante el sueño hay actividades cerebrales que son similares a las que, según se comprobó, existen en períodos de creatividad. Y el despertar también es un momento propenso. Es famosa la anécdota de Paul McCartney sobre la noche de 1964 en que soñó la melodía de "Yesterday". Por la mañana, la cantó bajito y la escribió. El cerebro necesita un respiro o pausa ( downtime ) para la novedad.
Existen básicamente dos maneras de resolver problemas: una manera lógica (pensamiento lento y repetitivo) y una manera intuitiva. La actividad cerebral que se ve antes de que las personas resuelvan el problema con intuición es la activación de las áreas de imaginación y de asociación, que hablan entre ellas. Cuando estamos concentrados en encontrar una idea o una solución novedosa a un problema, no estamos permitiendo que trabajen en forma intensa las áreas que hacen nuevas asociaciones en el cerebro. Cuando se realiza el acto creativo el cerebro estaría en un estado oscilatorio, que posibilita la sincronización entre grupos neuronales de la misma área cortical o de áreas distantes entre sí que intervienen en una acción motora, tarea cognitiva o perceptiva.
El equipo de investigadores de la Universidad de McGill, en Montreal, escaneó el cerebro de Sting a través del resonador magnético funcional para observar qué partes de su cerebro estaban activas cuando improvisaba mentalmente una melodía que jamás había compuesto. Lo llamativo de los resultados fue la gran activación global de su cerebro. El proceso de creatividad claramente depende de una red muy compleja de nuestro cerebro. Otros investigadores observaron que cuando los músicos de jazz creaban algo nuevo, activaban áreas que generalmente están frenadas por la parte anterior -frontal- del cerebro.
Todo esto explica, a partir de un abordaje biológico, que para ser creativo hay que estar preparado, ser un poco obsesivo, un poco loco (no mucho), entender el problema de manera simple (muchas veces queremos hacerlo inteligentemente y, en realidad, todo es más sencillo), ser valiente, estar dispuesto a equivocarse (como supieron Galileo o Steve Jobs, muchas veces es bueno estar equivocado para luego estar en lo correcto) y, como dijimos, estar relajado.
Claro que existe una carga genética que predispone al talento creativo. Sin embargo, es el factor sociocultural el que juega un rol crucial, pues el acceso a experiencias de distinta naturaleza remodela las conexiones cerebrales necesarias para generar las soluciones innovadoras que resultan de este pensamiento divergente. El contexto y los factores sociales pueden estimular (o no) la explosión de creatividad.
Las sociedades de las que nacen los talentos creativos tienen una mayúscula responsabilidad sobre ese alumbramiento. Tanto es así que ellos se vuelven representantes de su sociedad y muchas veces esa ciudad o ese país es reconocido a partir de este gran hombre o mujer. También la sociedad se beneficia económicamente gracias a esos talentos. A gran escala, la llamada "economía creativa" o "industria creativa" es un factor de inmenso desarrollo. Este concepto abarca esencialmente la industria cultural (arte, entretenimiento, diseño, arquitectura, publicidad, gastronomía) y la economía del conocimiento (educación, investigación y desarrollo, alta tecnología, informática, telecomunicaciones, robótica, nanotecnología, industria aeroespacial). La creatividad humana es uno de los mayores recursos para las economías, ya que la principal riqueza de un país es su capital humano, un bien renovable cuyo viento de cola es la motivación.
Es que, como decíamos al comienzo, la creatividad no está circunscripta a una práctica específica, sino que es vital para todas las realizaciones humanas. ¿Cómo explicar, si no, el talento de una madre y un padre para administrar sus recursos módicos y lograr que a sus hijos no les falte nada? ¿Con qué capacidad el maestro alcanza eficazmente sus objetivos de educar a cada uno de los alumnos de su clase? ¿Cómo un proyecto solidario, una empresa incipiente o un Estado averiado logran salir a flote? "Es la creatividad, amigo", podríamos responder.
En la conferencia de 1983, Borges dijo también que la creatividad está ligada a la adversidad: "La felicidad es un fin en sí mismo y no exige nada, mientras que el infortunio debe ser transformado en otra cosa". Al seguir este razonamiento, podemos pensar que la potencialidad más grande que tenemos como comunidad es, justamente, eso: el reconocimiento de la carencia y de los recursos para transformarla en virtud; la memoria para aprender y la pasión para movilizarnos; y, por supuesto, la búsqueda obstinada de la solución. La creatividad resultará, entonces, nuestro recurso más valioso para construir ese futuro deseado.
Por  |  Para LA NACION

martes, 25 de noviembre de 2014

Neuroarquitectura y neuroliderazgo, tendencias fundamentales para el marketing

¿Alguna vez ha oído hablar del término “Neuroarquitectura”?

 Sobre este concepto ha girado la ponencia presentada por Mariano Alcañiz, director de LabHuman, UPV dentro de las jornadas que conforman el ICONEC 2014.

“La innovación es la fuente de la civilización humana y, por lo tanto, si vemos el extraordinario potencial de esa capacidad humana es el momento de preguntarse si el campo de la neurociencia le ha dado la suficiente importancia”. “Es difícil medir la creatividad”, señalando que por eso es tan complicado medir los mecanismos. Los pasos que se han seguido en los últimos años se han basado en la recopilación y análisis de datos pero “todavía hay muy pocos estudio de laboratorio”.
Ha explicado que poco a poco esto está cambiando y se han comenzado a realizar estudios sobre cómo y cuándo llega la creatividad al cerebro para poder determinar porqué hay personas más creativas e innovadoras que otras. Pero ¿cómo se comporta un innovador? “Autonomía, auto confianza, no aversión con el riesgo y actitud crítica con las normas” son algunas de las características señaladas por Alcañiz, que ha afirmado que “los aspectos emocionales como la empatía y saber llegar a los demás son fundamentales”.

Neurodiseño y neuroarquitectura
Y es aquí donde entra en juego la neuroarquitectura: el entorno que influye en que seamos más o menos creativos. “Una disciplina relativamente reciente que intenta investigar cuál es la influencia psicoemocional del espacio en los individuos”. Alcañiz ha señalado que uno de los ámbitos en los que más se ha centrado esta disciplina es el de la salud para saber si los cambios en los espacios en los que nos movemos pueden ayudarnos a mejorar por ejemplo en la forma de afrontar enfermedades o que los pacientes se sientan más tranquilos.
Es por esto que se ha decidido mezclar la neurociencia con la arquitectura, ya que el ser humano se ve determinado por los espacios en los que se mueve y los diferentes elementos que los componen tienen repercusión sobre nosotros.
Bajo esta premisa ha explicado su trabajo basado en el neurodiseño arquitectónico ya que “la realidad virtual produce cambios en los estados de ánimo del ser humano de forma estable”. “El futuro pasa por la realidad mixta, tracking 3D, portable e interfaz colaborativa y no tanto por las Google Glass ya que no están listas para los usuarios”.

La figura del “Neuro líder”
Por su parte Lucía Sutil, directora del máster universitario de Desarrollo de Técnicas Neurocognitivas aplicadas a las organizaciones de la Universidad Rey Juan Carlos ha hablado sobre el “neuro líder”. El líder del siglo XXI se encuentra inmerso en un cambio acelerado y un entorno multidisciplinar donde la globalización lo envuelve todo lo que hace que no pueda desarrollar planes a corto plazo como lo hacía antes lo que le lleva al terreno de la incertidumbre. “Educamos a nuestros empresarios futuros para el pasado” ha señalado.
Los nuevos desafíos pasan por tomar conciencia de la nueva realidad, gestionar el cambio adecuadamente, gestionar la incertidumbre y el miedo y mantener un equilibrio personal entre los distintos papeles que ejerce.

martes, 18 de noviembre de 2014

Entre el 80% y el 95% de la decisión de compra se toma en el inconsciente

El NeuroMarketing es un área del marketing que permite conocer el comportamiento de los consumidores en el momento de la compra. Algunos estudios han demostrado que una decisión de compra tarda alrededor de 2.5 segundos, de los cuales entre el 80% y el 95% se toma en el inconsciente. Esto origina diferencias entre lo que decimos, lo que hacemos y sentimos.

1. Generalidades del Neuromarketing

El Neuromarketing es el área del marketing que estudia los procesos cerebrales y su impacto en el proceso de toma de decisiones de los consumidores.
El Neuromarketing investiga qué zonas del cerebro están relacionadas en el comportamiento de los consumidores cuando: elige una marca, compra un producto/servicio o es expuesto a un material publicitario.
Los objetivos del NeuroMarketing pueden ser:
  • Identificar el impacto emotivo que genera su producto, servicio, marca, canal, etc.
  • Comprender el comportamiento del consumidor en el momento de la compra.
  • identificar y satisfacer las necesidades y expectativas de los clientes.
Las técnicas de NeuroMarketing permiten conocer toda esta información de los consumidores evaluando su cerebro, sin realizar preguntas.

2. Tecnologías que se utilizan en el NeuroMarketing

Las cuatro tecnologías más utilizadas aplicadas en el NeuroMarketing son:
  • Resonancia Magnética funcional también llamada fMRIes una tecnología costosa pero con resultados muy confiables. Es una tecnología que monitorea funciones fisiológicas como cambios en la oxigenación de la sangre y las alteraciones de las propiedades magnéticas que se producen en consecuencia de estos cambiosLa más utilizada es la “BOLD-fMRI”.
  • Encefalografía también llamada EEG: mide los cambios eléctricos del cerebro. Es la técnica más barata y accesible, con pocos riesgos para las personas estudiadas.
  • Magneto Encefalografía también llamado MEG: también mide los cambios magnéticos que se producen en el cerebro.
  • Tomografía también llamada PET: consiste en monitorear funciones fisiológicas como: metabolismo, flujo y oxigenación de la sangre.
  • Equipos Eyetacking basados en rayos infrarrojos: el método de refracción de infrarrojos está basado en la iluminación de los ojos con esta luz, y se mide la cantidad de luz reflejada por la superficie del ojo. Este sistema rastrea y graba la mirada de la persona evaluada en una imagen o video.

3. ¿Qué mide el NeuroMarketing?

El NeuroMarketing evalúa el cerebro cuando es expuesto a un mensaje y mide tres componentes: atención, emoción y memoria.
  • La atención es fácil de capturar en un anuncio, lo que origina que frecuentemente tenga un valor alto.
  • La emoción debe subir y y bajar durante el anuncio, ya que si la emoción es muy alta por mucho tiempo puede producir fatiga y bajar de manera significativa la efectividad del anuncio.
  • La memoria es lo más difícil de lograr. La marca se debe mostrar en los momentos del anuncio que más captura la atención del consumidor para que la marca se recuerde al terminar el anuncio. Es importante anotar que recordar un anuncio no significa que se va a comprar el producto.

4. Ejemplos de uso de NeuroMarketing

4.1. Reto Pepsi
Una prueba de NeuroMarketing muy documentada en Internet es llamada el reto Pepsi que consistió en dar una prueba a un grupo de personas de dos bebidas que no tenían diferencia visual. El resultado sorprendió ya que más del 50% de las personas eligieron Pepsi frente a Coca Cola, cuando Pepsi tenía aproximadamente el 25% del mercado de las colas.
La prueba se repitió en otro grupo de personas pero esta vez viendo las marcas, visualizando la actividad de sus cerebros a través de resonancias magnéticas. La zona responsable de la recompensa positiva del cerebro se activaba con ambos refrescos, sin embargo se identificó que se activaba otra zona adicional del cerebro al conocer la marca. Esta última prueba si coincidió en su resultado al share del mercado ya que el 75% de las personas escogieron Coca Cola.
Con estos dos estudios se concluyó que la venta de Pepsi debería ser en el momento del estudio algo más del 50% del mercado, sin embargo, tanto los valores reales del mercado como la respuesta cerebral al conocer las marcas era muy superior a favor de Coca Cola comparado con Pepsi.


miércoles, 12 de noviembre de 2014

Los tres cerebros, según MacLean

Con base en la teoría de la evolución del cerebro de Paul D. MacLean,físico norteamericano y neurocientífico, podemos identificar tres cerebros:
  • El cerebro reptil o primitivo
  • El cerebro mamífero o límbico
  • El cerebro neocórtex o neocorteza

Esta teoría es de mucha utilidad en la aplicación de las neurociencias en la investigación de mercado, por lo que su entendimiento es fundamental para explicaciones posteriores.

MacLean en 1970 propone una concepción de que un conjunto de estructuras neuronales funcionan como un sistema que es fundamental en la determinación de las emociones en el humano,  ubicandolo alrededor de la frontera o borde entre el telencéfalo y el diencéfalo, de ahí el término límbico, en latín limbus que significa “borde”.

Al determinar éste sistema límbico dentro de una teoría que pretendía explicar los procesos emocionales en todos los niveles de complejidad, surge la hipótesis del cerebro triple.

Bajo este enfoque, el cerebro experimentó tres grandes etapas de evolución de modo que en los mamíferos superiores se manifiesta una jerarquía de tres cerebros en uno, por eso el término de cerebro triple (en inglés triune, esto es “tres en uno”).

El cerebro reptil, ubicado en el tallo cerebral, esto es en la parte más baja y trasera del cráneo, en el centro de este sistema, se encuentra el hipotalamo área del cerebro que regula las conductas instintivas y emociones primarias como el hambre, deseos sexuales y la temperatura corporal,  elementos básicos de supervivencia. Es compulsivo y estereotipado. MacLean define que esta función organiza los procesos involucrados en el regreso de las especies migratorias al mismo terreno de crianza de años atrás.

El cerebro paleomamífero, que comprende el sistema límbico, conocido también como el sistema de la emociones, constituido principalmente por el hipocampo, que cumple una función muy importante en el aprendizaje y la memoria y la amigdala, que dispara el miedo ante ciertos estímulos y desempeña un rol activo en la vida emocional. Agrega las experiencias actuales y recientes a los instintos básicos mediados por el cerebro reptil. Este sistema permite que los procesos de sobrevivencia básicos del cerebro reptil interactúen con elementos del mundo externo, lo que resulta en la expresión de la emoción. Un buen ejemplo es como el instinto de reproducción interactua con la presencia de un individuo con atributos atractivos (cultura) del sexo opuesto, por lo que se provocarían sentimientos de deseo sexual en el individuo de estudio.

El cerebro neomamífero, la cortex o neocorteza , regula emociones específicas basadas en las percepciones e interpretaciones del mundo externo. Sentimientos de amor hacia un individuo particular serían un ejemplo de este tipo de emoción. Según MacLean, en los mamíferos avanzados, como los humanos, funcionan los tres cerebros. En los mamíferos inferiores se dan los cerebros paleomamífero y reptil. En los demás vertebrados solo existe el cerebro reptil.

Por lo tanto la evolución del cerebro paleomamífero (sistema límbico) libera a los animales de la expresión estereotipada de los instintos dictada por el cerebro reptil. El cerebro neomamífero añade mayor flexibilidad a la conducta emocional al darle a los mamíferos superiores una conducta en procesos interpretativos complejos y utilizar la solución de problemas y la planeación a largo plazo en la expresión de las emociones.

El entendimiento y manejo de esta teoría en la aplicación de la neuropsicología para generar estímulos que permitan llegar a extraer información, no solo del córtex, sino llegar al cerebro reptil o al paleomamífero, en la metodología cualitativa de la investigación de mercado, utilizando diferentes técnicas, como las entrevistas de profundidad, etnógraficas o Focus Group es fundamental si pretendemos hablar de un neuromarketing con bases científicas.

martes, 11 de noviembre de 2014

Lóbulos del cerebro y sus funciones

El cerebro humano puede dividirse en dos partes más o menos simétricas denominadas hemisferios. Cada hemisferio puede dividirse en 4 lóbulos diferentes:

1-Lóbulo Occipital (rojo). En el lóbulo occipital reside la corteza visual y por lo tanto está implicado en nuestra capacidad para ver e interpretar lo que vemos.

2-Lóbulo Parietal (amarillo). El lóbulo parietal tiene un importante papel en el procesamiento de la información sensorial procedente de varias partes del cuerpo, el conocimiento de los números y sus relaciones y en la manipulación de los objetos.

3-Lóbulo Temporal (verde). Las principales funciones que residen en el lóbulo temporal tienen que ver con la memoria. El lóbulo temporal dominante está implicado en el recuerdo de palabras y nombres de los objetos. El lóbulo temporal no dominante, por el contrario, está implicado en nuestra memoria visual (caras, imágenes,…).

4-Lóbulo Frontal (azul). El lóbulo frontal se relaciona con el control de los impulsos, el juicio, la producción del lenguaje, la memoria funcional (de trabajo, de corto plazo), funciones motoras, comportamiento sexual, socialización y espontaneidad. Los lóbulos frontales asisten en la planificación, coordinación, control y ejecución de las conductas.

lunes, 10 de noviembre de 2014

La construcción del concepto de "Neuroeconomia"

El neuromarketing como herramienta de análisis emergente de la neuroeconomía pretende explicar cómo el cerebro humano se encuentra implicado en los diferentes usos y consumos del ser humano, bien sea para maximizar ganancias en forma lógica, racional, o también,  por placer impulsivo, producto de todas las emociones que invaden el cerebro humano, y toda la corporalidad.

En muchos casos el consumo  humano es de carácter  subjetivo y no predecible como lo plantea la economía clásica con su principio de: “maximizar ganancias, minimizando los gastos”.

Desde esta perspectiva la unión interdisciplinaria entre la economía, la neurociencia y la biología permitirán una mayor comprensión de estos procesos relacionados con la oferta y el consumo que plantea la MICRO-ECONOMÍA.

Desde la Biología del comportamiento se ha intentado demostrar que cualquier sistema biológico maximiza la capacidad evolutiva,  especialmente en lo relacionado con la consecución del alimento y con la vida sexual. De esta manera  la regla de oro desde el punto de vista económico es buscar alimento de un modo  eficiente, donde solo los más inteligentes,  y de mejor estado físico, lo consiguen.

Este proceso desde el punto de vista Darwiniano, se denomina “selección natural”. Es así  como por principio biológico, un animal debe gastar poca energía como le fuera posible, para poder obtener  la mayor cantidad de alimentos probables. Al respecto, las teorías actuales sobre simbiosis a nivel biológico o  cooperación a nivel sociológico, podrían contradecir este tipo de modelo de optimización  - determinista. Recordemos  que para Pascal entender el mundo de la vida, requiere también de cálculos probabilísticos, a diferencia  de Descartes decía que solo se podría entender el mundo con modelos deterministas como lo plantea la Economía Clásica.

Por el contrario, para la nueva disciplina llamada NEUROECONOMÍA, es indispensable poder comprender tanto las acciones deterministas, como también los comportamientos  fundamentalmente  impredecibles, que por lo regular, son atributos por acciones volitivas – cognitivas, producto de la interacción de la mente humana con las emociones.

Para la neuroeconomía los comportamientos humanos cuando se toma una decisión microeconómica, relacionada con la oferta y la demanda,  es fundamentalmente subjetiva – emocional e irreductiblemente focalizada en inciertos como los presentados por Neumann y Morgenstern, cuando plantean que en el mundo de las decisiones frecuentemente se tiene que reflejar la existencia de oponentes inteligentes en cuanto cada uno busca la maximización de su ganancia. 

Este es, en síntesis, el fundamento de la teoría de Juegos que estudia a nivel económico la interacción que sucede entre competidores inteligentes. En este sentido, cabría precisar que algunos teóricos dicen que la teoría de Juegos se aplica más a la Biología que al campo del comportamiento económico, a pesar de  que en la solución de un juego, el concepto de la racionalidad humana es reemplazado por el de la estabilidad económica.

Hoy en día el papel de la neuroeconomía consiste en poder explicar desde la Neurociencia cómo el cerebro humano resuelve problemas utilizando la  parte más desarrollada del cerebro llamada  córtex frontal o desde el  sistema límbico, empleando las emociones, o en forma impulsiva – instintiva, usando el sistema  reptílico. Desde otro enfoque para Grincher 

“El Objetivo primordial de un enfoque neuroeconómico debe ser la confección de una teoría de cómo están organizadas y cómo se producen las computaciones que fundamenten el comportamiento en el cerebro”.

Del contexto teórico anterior surge el NeuromarKeting, este debe inicialmente ser comprendido desde los fundamentos mínimos de la Neuroeconomía, para no caer como tradicionalmente se ha hecho, en un proceso de manipulación del comportamiento humano, para favorecer un determinado modelo  económico utilitarista, y a la vez, ideológico que no ve la sociedad sino en términos de consumo – calidad – mercado – competitividad,  dentro del modelo de depredación Darwinista que tanto daño ha hecho a nuestra sociedad.

Al  respecto desde el Neuromarketing la pregunta esencial no debe ser: ¿”Qué deben de consumir las masas”?, más bien ¿“Por qué consumen en forma homogenizadas las masas”?,  ¿Por qué fácilmente se dejan manipular cuando consumen, impulsiva, reptílica o emocionalmente? Al respecto, tanto las teorías monódicas, diádicas, triádicas; y de cerebro total que se exponen en este sitio web pueden ser de mucha utilidad para poder comprender estos procesos más idónea y profesionalmente por parte de los disciplinas y de las ciencias que estudian dicho procesos.

Desde las perspectivas anteriores, comprender el mundo del Neuromarketing requiere inicialmente de una teoría pertinente, basada en la Economía, para poder describir los comportamientos individuales y colectivos de una determinada sociedad. Posteriormente se necesita de la comprensión de las teorías cerebrales, y especialmente, del uso de las nuevas tecnologías de imagen que permiten investigar los modelos neuronales en el momento del consumo. 

Por último, se tendría que desarrollar una explicación pertinente a nivel celular, y específicamente neuronal, para saber cómo el cerebro humano lleva a cabo dichas computaciones cuando procesa emociones atravesadas por significados y no informaciones  que es lo que hace el cerebro humano cuando la gente consume o aprende. 

En este sentido, tanto la Neuroeconomía como el Neuromarketing abren nuevos horizontes de comprensión al comportamiento humano, ya que su objeto de estudio no solamente se refiriere a la toma de decisiones, sino a la atención, al aprendizaje, a las emociones, a los impulsos, a las recompensas, al libre albedrío, a la cognición, a los hábitos de clase y no sólo a modelos de optimización matemática, como lo hace actualmente la Economía Clásica.


Para terminar esta reflexión teórica, cabría precisar con el cuestionamiento del economista Veblen, en 1898 cuando se preguntaba: ¿Por qué la economía no es una ciencia evolutiva? Al respecto,  proponía que para comprender el comportamiento económico de los seres humanos se requiere entender a nivel evolutivo los mecanismos  mediante los cuales se produjeron dichos comportamientos. 

En esa misma línea el biólogo Wilson en 1998, argumentó la necesidad de fusionar las ciencias sociales con las naturales, señala lo deseable e inevitable de esta asociación  interdisciplinaria en la que Wilson expresó que esta fusión comenzará con un amplio reconocimiento  de que la Economía y la biología son dos disciplinas, que tratan el mismo tema.  En conclusión, siguiendo a Grimcher:  “La Economía es una  ciencia biológica. Es el estudio de cómo eligen los seres humanos. 

La elección es manifiestamente un proceso biológico. Entender verdaderamente cómo y por qué los seres humanos eligen como lo hacen, requerirá sin duda de una  ciencia Neuroeconómica” Recordemos, por último, que desde el aspecto evolutivo un Neuroeconomista supone que los animales, incluyendo al hombre, usan su cerebro para sobrevivir en contextos inhóspitos o cambiantes.